martes, 10 de julio de 2012

Negro, color esperanza

Desde que comenzaron las reivindicaciones de la ‘marcha negra’ me he visto tentada a escribir un post sobre lo que estaba ocurriendo, pero nunca he tenido el valor de hacerlo por el simple motivo de que los hechos hablaban por sí solos, es imposible poner una palabra más a todo lo que está ocurriendo.Están demostrando valor, tesón y dando un claro ejemplo de lo que es la lucha obrera, esa que se han cargado ‘los de arriba’ por el miedo, porque los obreros siguen ahí, y lo están demostrando, con más fuerza que nunca.

Hoy llegan a la capital tras haber recorrido más de 400 kilómetros desde el pasado 22 de junio para hacer valer sus derechos. Ataviados con sus cascos, monos, lámparas y linternas parece que no hacen juego con la maestría de Madrid. Sin embargo, más valientes que nunca, y a pesar del cansancio, van a seguir sus reivindicaciones.


El miércoles los pulmones, cansados de trabajar en la mina, gritarán con todas sus fuerzas durante la manifestación programada a las once de la mañana en Colón, que concluirá en la sede del Ministerio de Industria, Energía y Turismo sobre la una.

Pero estos valientes no estarán solos, alrededor de 500 autobuses procedentes de las comarcas mineras llegarán a la capital para unirse a la protesta. Además, sindicatos, políticos y colectivos de Madrid, como el 15-M, vestirán de negro para recibirlos en su llegada esta tarde.

No me había lanzado a escribir sobre el tema, tenía miedo de no estar a la altura de los acontecimientos, pero jamás me había sentido tan orgullosa de ser de León, de presumir del norte de España, de hablar de ellos como gente luchadora, de pintarlo de negro, yo también quería dejar constancia.

Fueron recibidos con aplausos, un grupo de gaitas ayudó a que se sintieran como en casa, no faltaron las consignas como ¡Madrid entero se siente minero!”, o la ya tan olvidada “Viva la lucha de la clase obrera”.  Entre los asistentes no faltaron los rostros conocidos como Víctor Manuel, Ana Belén y Pilar Bardem. Son fuertes, rudos y acostumbrados al trabajo duro, pero también lloran. Algunos de los mineros no pudieron evitar contener las lágrimas al ser conscientes del recibimiento. 

Estos días Madrid se funde de negro. A pesar del calor, el negro se ha convertido en ese color de la esperanza. Muchos españoles confían en ellos, en que esos hombres y mujeres del norte consigan recuperar sus derechos, es difícil, con un gobierno así, prácticamente imposible diría yo, pero de lo que no cabe duda es de que sois un digno ejemplo. ¡Bienvenidos! y por supuesto, ¡Gracias!

@palomaperezdiez

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