miércoles, 13 de abril de 2011

Metido en la cama

Mamá, no quiero ir al colegio, me duele la tripa. Otra vez igual. Qué le pasará a mi pequeño que día tras día inventa una excusa nueva para no asistir a las clases. Hace tiempo que su comportamiento ha cambiado. Creo saber que es lo que le está pasando. Como todas las madres, cuento con ese instinto que me hace conocer la verdad con sólo mirarle a los ojos. Tengo que hablar con él, pero no es fácil enfrentarlo. Esta tarde lo haré sin duda alguna. “¿Qué te pasa Oscar?, ¿tienes algún problema en el instituto?”. Y una vez más con esa mirada soluciono todas mis dudadas. Sí, claro que le pasa algo. Se que la realidad anda cerca, pero prefiero dejar que él me lo cuente. Y así ocurre. Se decide a hacerlo. Sus amigos llevan varios meses metiéndose con él porque a su juicio es un “mariquita”. Me dice que no es fácil, que si dice que su condición sexual es distinta a la del resto dejará de tener amigos. Llevan meses tratando a mi hijo de enfermo. “No te preocupes cariño, gente que te trata así no son amigos de verdad”, le digo yo. Pero él insiste. Y a su vez sigo insistiendo yo; “esto es sólo una etapa”. Poco a poco podrás enfrentarte a toda esa gente. Cuando encuentres a personas que entiendan tus pensamientos las valorarás más. Esos sí serán tus amigos de verdad. Además, no te preocupes, a muchos mayores también les pasa. Todos los días leo en la prensa como se lucha en contra de algo que realmente se cree, para no dar lugar a posibles sospechas. Esos ya son grandes. Tú todavía puedes cambiarlo, lucha por lo que quieres. Con mucha menos experiencia serás un ejemplo para muchos.

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